La desesperación ha tomado mi mano, nada ha logrado calmar este pánico frío, cada silencio grita por la tranquilidad que me ha abandonado. No quisiera volvera escribir pero lo necesito. Estoy encerrado en mil paredes rugosas y permanentes. Su ruda textura lacera mi corazón partido, aunque ahora he conocido algo que lo une, una mujer.
Frias palomas vuelan sobre me tes confusa, carros resuenan en mis exasperados oidos. Lloré, el otro dia, y no tenia consuelo, solo pensamientos desesperantes y encerrados, que será todo esto?, no entiendo nada, todo es nuevo y sabe a viejo, el tiempo pasa rápido , y lento como una tortura de desesperación encerrada con látigos.
Jose Manuel
jueves, 30 de julio de 2009
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