La idea del blog

La idea de este espacio ha surgido como una iniciativa de un grupo de amigos que ha girado siempre alrededor de la literatura y afines. Poco se espera de éste en un sentido vanidoso. Sólo se tiene por objeto tener un espacio de integración entre los amigos, para que se conserve por buen tiempo y se comparta como se ha hecho ya por otros medios, textos que cada uno siempre ha gustado de elaborar. Sin embargo dadas las nuevas y versátiles posibilidades de una herramienta como esta, no están de más las críticas y opiniones variadas.

Los Amigos

Los Amigos
Manuel, Yarce, Sebas ( El Poe ), Juan Esteban ( Divertido R.I.P) Juan José ( Juancho )

jueves, 10 de julio de 2014

Balada de los Amigos
Celestes destellos rubios...
incluso creímos que el mundo era así
y solo Andrés podría ser negro y Anciano
solo él podría tener esas esmeraldas por ojos
creímos que el mundo era celeste
y muchos nos quedamos dormidos
y se nos fue la vida en sueños
perfectos y circulares
como los ojos de Manuel
mundos complejos que solo él entendía,
hombre que se conoció a si mismo,
hombre que en todos nosotros se conocía,
hombre que para nosotros en nosotros se conoce
y que por mis ojos muchas veces deambula como espectro...
que en cada ebrio albur nos crucemos con los ojos de Juan
bellos y claros, translucidos en los mejores matices,
ebrios azules,
recontraidos destellos canela,
destellos verdes,
seguro nadie que vea o al menos no cualquiera
mucho amor en tan incierta tarea
pueda invertir sin dormir un poco
...
que la experiencia nunca sea muy amarga es vano deseo,
que mas bien nos desconcierte verde azul y traicionera
verde como todos esos curiosos entes celestes que llevo como amigos por el camino,
violeta canela
castaño oscuro como Manuel y yo que vivimos encarnados por lo oculto.
de Racional y certero Andrés, celestes Verdes como Juan Esteban y Juan Jose,
todos ocultos tras mis versos violetas de tinta turquesa
de testigo el cielo y el polvo
que se desvancece.
inmanentes como mis hermanos
secreto y amado como Juan Lezcano.
Firmado por Martin Mateo Sebastian Andres Juan paulo Juan jose Juan esteban Mnuel Gonzalez Santamaria el viernes 23 de mayo del 2014 a las 22 y 40

viernes, 16 de agosto de 2013

Paramo II

Lamiendo tu espalda,
Yo,
Un frío errante.
Colapsando entre tus pliegues tupidos,
Infranqueables.
Indómitos parajes
Donde nunca alguien un pie ha posado,
Solo,
La verde espesura.

(Es valiente la vegetación).

Yo, El Viento ( Vivo)
TE BUSCO;
Te rodeo y asciendo
para sobre-pasarte.

Un desierto en lo Alto..,
Enigmático Reino del Frailejón.


Andres Yarce Botero

Paramo I

Sujeto a, nada
asido, una realidad
efímera
se va, detrás
de cada nube libre.
Se tapiza la
Montaña, se acobija.
Uno que otro Frailejón se asoma
tras de aquella
Hondonada viva.
El tiempo detenido
un silencio sordo
un sonido vivo
detrás,
de cada una
de mis pisadas.

Andrés Yarce Botero

sábado, 13 de julio de 2013

Eutanasia y maullido, carta a Milonga

Es el fin de nuestra amistad, hoy te digo vete.
No soy enemigo, no me veas como un extraño, solo un incapaz al dolor y al ser consciente de tu descomposición.
Puedes pensar? pero si ni siquiera ves tu reflejo, son pocas las especies que practican esta capacidad, lo escuché en estos dias.
¿Alguna vez me viste?¿ Reconoces mi forma?¿ Sabes que soy yo diferenciandome del mundo?
Yo te encontré y te acerqué a mi vida, hoy dejo que te pierdas con proposito.

"-Si pesa menos de 10 kg la eutanasia vale 35k", las palabras de calidez de la enfermera.

Siempre una actitud extraña al mundo desde que nos conocimos, una real y total desconfianza hacia mi especie, siempre deciamos que lo más seguro es que al nacer el impacto al mundo debió haber sido muy fuerte para tí, posiblemente el mal trato por parte de uno de mi raza te hizo entender de principio que nuestra esencia esta encarnada de la más sutil vileza.

Me siento contariado pues soy el ser que ha logrado mayormente tu acercamiento desde tu adopcion, haciendote creer que no debias desconfiar de los humanos pero, mira la ironia, soy aquel que hoy autoriza tu muerte.

Vienen los requerimientos morales, pero este lapicero que firma el documento actua motivado por el dolor que expresa hoy tu esencia.
Si hago mal ojala me perdones, siento que la vida tiene un curso en el eterno ciclo de las formas y no quiero que vivas más bajo mí domesticada tus pocos ultimos impulsos vitales.

Desata el interno, brinquetea por el más allá gatica nerviosa.
Solo eres un envoltorio de huesos y pelos portador de una cantidad de energía infinita e inagotable que permanece desde y hacia toda la eternidad.
Milonga, tu amigo siempre Andrés


jueves, 11 de julio de 2013

Ayer me interpeló un borracho, el mismo que me dio esta libretica en la que hoy escribo.

-Hoy es el tiempo de morir desgraciado- me dijo.

-¿Cómo? ¿Es hoy mi tiempo de morir?- respondí mientras me paré del piso del metro donde me acostumbraba sentar mientras viajaba. Solía o suelo (no sé si escribo esto muerto o no), cuando no encuentro puesto, en el metro de mi ciudad, apoyar la espalda contra una de las paredes cercanas a la puerta y de esa manera dejarme caer mediante un brusco doblez de rodilla que tarde que temprano me las joderá (las rodillas), pero es que odiaba ir parado, además, quien dijo que no era yo el que le daba soporte a la estructura del tren al apoyar mi espalda contra este.

Esos muchachos, jóvenes policías, no eran sino verme en mi posición derramada y salían corriendo de donde fuera a hacerme parar, una emoción les regalaba yo en su estático devenir, nada o casi nada ocurre dentro de una de las estaciones del tren de mi ciudad, como añoraban los suicidas y las situaciones diferentes cada uno de esos muchachos de la honorabilísima policía nacional.

Como no le colaboraba yo a ese joven policía que me ordenaba ponerme de pie, sabía de su aburrido día, quizá era esa su acción heroica de la jornada, todo héroe merece una Pilsen (En mi ciudad se incita a todo niño desde muy pronto a ser un borrachín), Salud!!!


Entonces me paré y le respondí al borracho:

-Desde que uno está vivo cualquier tiempo está diseñado para morir, saca tu arma hijodeputa, saca tu sable so-cobarde, si no aceptas mi duelo, COBARDE con mayúscula en tu frente se marcará-.

En el momento recordé que había olvidado mi sable en el Carmen de Vib..., lo había dejado afilando donde los viejos Samuráis de la montaña, aquellos que de las rocas de la venerada montaña de taxnimochican sacan y forjan el mejor acero con los que se fabrican las mejores machetas de la región desde tiempos de upa. La mía ya no desmalezaba con efectividad es por eso que la había tenido que llevar a amolar. Que habría de hacer en ese momento yo, el borracho me había causado tal simpatía, me había tocado las fibras más sensibles, justo donde era y ya no podría rechazar ese duelo a muerte que se me plantaba adelante. No todos los días te proponen un duelo a muerte.

Su tufo era envidiable, su fisionomía enjuta me recordaba a ese degenerete de  Bukowski en los lupanares norteamericanos en sus peores tiempos.

-Entonces, uno de los dos morirá hoy- repetí mirándolo a los ojos altaneros, y la multitud del tren comenzó a inquietarse,- Desde que se está vivo cualquiera es el mejor momento para fenecer- pronuncié.

(Turiruriruuuuu turiru (fondo musical del viejo, el malo y el feo))

-Qué hace usted, además de ser un completo idiota- me preguntó.

-Por lo general hago lo posible dia tras dia para lograr parecerme a gente como usted fanfarrón, como ha quedado tu madre en la mañana, salí de casa sin despedirme- ya se me subía lo irritable y quería herirlo con mis palabras de alguna manera.

Nos miramos a los ojos y la energía de esa batalla contagió a unos cuanto. Dos personajes sacaban de a luka (billete de mil pesos) para apostar por el mejor gallo, otros más prudentes se alejaban de ese espacio que había elegido el destino para un duelo a muerte. Otra gusano sacaba su celular para grabar, llegaría a su casa a colgar el video con alguna frase llamativa en eso del culto a sí mismo que se conoce como el Faisbook.

La mirada de borracho se había aguzado, sus pupilas dilatadas, y las venitas alrededor de estas rebotaban llenas de sangre desde que había arrojado mi último comentario lleno de veneno acerca de su madre. Oféndele la madre a cualquiera y de esa siembra recogerás un verdadero enemigo decia una inscripción en el bar del condado gitano donde solía mis fin de semanas ir a suavizarme un poco.
Solamente faltaba una bola de heno que pasara entre nosotros y un par de gallinazos que volaran muy alto avizorando la muerte en la cercanía, como estaría orgulloso el viejo "Rubio" (Apodo de Clint Eastwood en alguna de sus películas en los60) de esta majestuosa escena vaquera.

-Que es lo que haces tú- el borracho inquirió.

-Antes que todo desgraciado, mi nombre: Andrés Garza Loquero, mucho gusto, vendedor de ilusiones, pongo satélites en el espacio también, reconocido timador del lado occidental del rio Medellín- respondí

-Otrabanda? eres Andrés de Otrabanda?- cambió la cara del alcoholizado personaje al darse cuenta a quien había perturbado. Andrés, aquel que daba vida a las leyendas, el tirador más aguzado del valle de los aburraes. Dice la leyenda que al ver de chico el cuento de los hermanos Grimm el capítulo del zapatero que mató a siete moscas de un golpe, él se entrenó durante años para de un solo tiro matar 15 moscas alineadas en vuelo, de un solo tiro imagínense todos. Sobrino político del loco de la pescadería de la plaza de la región, aquel que se enfrentó a los ladrones de la cercanía en aquella oportunidad (Preguntar por el cuento de vaqueros numero 1).

Era alguien tan renombrado en el bajo mundo que al borracho en el acto se le bajo la borrachera como si se hubiera lanzado un pase de eso que hizo rico a medio país en los 80s, (de esos que te cagas tío).

-Discúlpeme por dios, disculpe haberlo molestado caballero, no sabía quién era , lo siento mucho, tengo familia, dos críos y dos gatos, que le parece unas copas, mire tengo aquí chirrinchi y tapetusa si usted desea, o mire que tal esta libretica que me he ganado en una rifa en el taller de motos donde trabajo, no la quisiera usted?-

Necesitaba una libretica hace rato por eso la cogí de su mano y lo mire fulminantemente por última vez, el palideció aún mas. Yo había llegado a la estación, para mí final del recorrido, me volteé para bajarme del tren dandole la espalda. Le di la espalda!, entonces fallé, y, TAS!!. Un atronador ruido se escuchó en la estación San Antoiné.

Nunca supe al final si este cuento lo escribí muerto o no.


Andrés Yarce Botero

martes, 2 de julio de 2013

Desatiro ( Lotutilo)

A continuación, Gran Audiencia, escribiré algo corto, mi lento acierto, tal vez no permita tal condensación, aunque no lo es en toda ocasión pero sí en la mayoría de ellas, las palabras son de por sí bastante extensas y engorrosamente laaaaaargas, que, por su impotente atino, terminarán con su habitual insatisfacción atiborrada de acotes innecesarios y displicentes distracciones desmesuradas, fruto de la impersistencia al tomar la pluma para esbozar lo que siempre se ha dicho y se dirá hasta el ocúltimo caso.
Algunos con más acierto otros con menos, de acuerdo a la desacertada imaginación del lector, puesto que, con o sin tino, todo autor sensato no difiere en gran medida acerca de estas palabras largas ¡ YA ENGORROSAS ! sin aún haber dicho nada. Ahora me pregunto: ¿Alguna vez he dicho algo?. Repito ¿Alguna vez he dicho algo?. YO?
Como saberlo, tendría que releer cada libro que he leído, cada autor que he estudiado, además de haber grabado todas las conversaciones......bueno, decido no escribir más acerca de esta pendejería que se escribe cuando nada se pretende ni nada. Mejor voy a tirar la pluma por la ventana y que sea ella sola quien cuente la verdad de este inicio engorroso y sin tino, sin ser desatinado tampoco.

Fue precisamente en el ojo de una bella niña donde cayó de punta, entre el ojito desta criaturilla que en una bella mañana, saliendo con su abuela de rostro noble, pero preocupado al ver la sangre y el lloriqueo que manaba el ojillo inocente y triste de su nieta. Sus rodillas, laceradas por la caída que sufrió la niña de aproximadamente 8 años que montaba una bicicleta, aún con el brillo conservado en el mes de enero, luego de la navidad, donde muy probablemente le había sido sorpresa. Curiosamente la pluma se quedo enterrada para el terror de la noble anciana, cuyo rostro manaba impotencia y cierto terror abrumado por la inesperada situación en aquella resplandeciente mañana de domingo 2 de enero. En el parque no había nadie más para socorrerles. Y yo, estaba tan atónito y culpable que me quedé inmóvil, a la espera de algo que pudiera ocurrir posteriormente.
De pronto, con una extraña reacción impulsiva de la anciana, sacó sin miramientos la pluma del ojo de la niña. Chchisgueteo de sangre salpicó el rostro ahora repleto de pecas rojizas escurriéndose como lágrimas sobre el rostro de la abuela, quien previamente dejó sus anteojos sobre una banca donde se encontraba leyendo un libro que titula "Las enseñanzas de Buda", según se me permitió observar por medio de unos binóculos de alto alcance. Nunca imaginé algo así al lanzar una pluma con la cauchera que me regalaron también en la navidad, mucho menos cuando mi intención había sido lanzarle sobre unos árboles, pero mi corta experiencia con las caucheras permitió sino un desatino, aunque en otro sentido, un muy buen tino, justo en el ojo.
Cerré la ventana y se me ocurrió una idea, justo ahora que estaba buscando un empleo.
Dada la circunstancia anterior y una conversación que tuve con un viejo amigo que trabajaba en un grupo de Izquierda terrorista según opiniones, o simplemente un grupo de guerrilleros en contra de las ideas políticas de los mandatarios de este país desconocido y de cuyo nombre me reservo por seguridad, dada la gran audiencia hacia la que se destina el presente escrito, se me ocurrió algo.

"Hablo con Sífilis?", dije al tomar el teléfono. "Con el mismo, quien habla?", contestó el líder del grupo mencionado. "Habla Punta de Pluma" (Ocurriéndoseme de inmediato mi sobrenombre) yo soy el tipo que nos presentó K...justo ayer, "Franco Tiro", yo llevaba un gabán oscuro y nos encontrábamos en una bodega a la entrada de la ciudad por la parte norte, recuerda?".
"O si, como le va y para que le puedo servir". Y contesté: bueno, iré al grano, me interesa trabajar para ustedes, tal vez puedo ayudarles en la parte de los "Franco Tiro", tengo ciertas habilidades con el tiro y el tino, además comparto las ideas por las que ustedes se han conformado, si quiere ahora mismo puedo mostrarle mis habilidades, además hoy más que otro día he notado mi habilidad al respecto.
“Lo espero a las 8:00 p.m. en la misma bodega por la salida norte de la ciudad, usted ya conoce…”, y así tiró el teléfono entonces.

De todas formas así son siempre los aconteceres en la vida, aparentemente puras casualidades finamente hiladas por un extraño y viejo tejedor, oculto tras de la sombra, donde sólo se alcanzan a ver apenas unas líneas de su rostro algo desprovisto de seriedad, más parecido a una sonrisa con cierta malicia pueril, aunque no es para nada algo seguro, son simples especulaciones vanamente hilando unas líneas dispersas que tampoco aluden necesariamente un rostro, tal vez su codo, porque no?.

8:15 p.m. y no se escuchaba ni un paso en la distancia, tal vez solo lo dijo por decir cualquier cosa, tal vez ahora se encuentre lejos y ni se recuerde en lo más mínimo ”buenas noches señor, sígame”.
De pronto estábamos caminando en un extraño y solitario callejón donde solo se escuchaban nuestros pasos bajo una noche de luna llena, ya opacada por la contaminación de la ciudad. No sé por qué un frío tremendo embargó mi cuerpo además de un mal presentimiento, entonces le dije: este ha sido el tino al que he llegado fruto de una larga experiencia, y por un repentino impulso extrañamente placentero, le clavé justo en el cuello la pluma que llevaba en el bolsillo y en adelante, apenas puedo recordar la forma en que le clavé durante varios minutos la punta de mi pluma, recuerdo que fueron varias puntadas en el cuello y después continué con el estómago, hasta que el cansancio se apoderó de mi brazo y desmayé.

Cuando los primeros rayos de sol cubrieron paulatinamente mi rostro, de la misma manera y al mismo compás me desperté de un profundo sueño del que no recordaba nada. Pero un cuerpo bajo el mío plato de sangre, y una ráfaga de recuerdos me levantaron súbitamente y corrí lo más rápido que pude hasta llegar a un restaurante. Entonces entré como si nada ocurriese en mi mente sumamente confusa y delirante, pero mi rostro pálido, el sudor cubriendo mi rostro y el pecho, y como si no bastara me encontraba bañado en sangre, lo cual llamó la atención de las personas que se encontraban allí; pero algo, que siempre había sentido extraño acerca de mi carácter, como cierta indiferencia ,de todas formas dista enormemente tal palabra de la sensación que me embarga, el hecho fue que ingresé al restaurante, obviamente sin posibilidad de restaurar lo ocurrido. Me senté, le hice una seña al mesero, quien no podía evitar la gravedad en su rostro y también se le notaba algo inquieto en los ojos, mirando reiteradamente hacia la entrada, tal vez esperando alguna repentina llegada que pondría en riesgo la vida de los demás clientes, entonces pedí un trago y saqué una libretica de bolsillo que me acompaña siempre para hacer algunos apuntes acerca de lo que embarga mis pensamientos, y así, empieza la siguiente historia para la cual he tenido que dar todas estas vueltas, sin embargo me sentía tranquilo en medio de las miradas graves que me punzaban los ojos por que afortunadamente me encontraba lejos de la escena del crimen. Aunque no me fuera fácil pensarlo de esa forma, mejor le pensaba como una escena donde unos extraños impulsos cincelados por un extraño carpintero, siempre oculto tras de la sombra, apenas dibujándose las líneas de su rostro algo malicioso, aunque de todas formas no es ello algo seguro pues no necesariamente se trataba de su rostro, por qué no de su rodilla?
Como saberlo, tendría que releer cada libro que he leído, cada autor que he estudiado, además de haber grabado todas las conversaciones......bueno, decido no escribir más. Mejor voy a tirar la pluma por la ventana, ahora de un restaurante, y que sea ella sola quien cuente una historia, la verdad de este inicio engorroso y sin tino, sin ser desatinado tampoco.


José Manuel

jueves, 16 de mayo de 2013

Carta para el ladrón de mi huerta:





Me has robado pero, lo agradezco. Me has librado de un peso inmenso y ahora eres tú el que carga la carga. ¿No sentiste acaso la energía allí depositado ser ingenuo?
Cuidado. Debes estar ya apenado, en unos días enfermo y los incontables sucesos inexplicables que sucederán a tu alrededor te terminarán por preocupar, asociando tu robo con tu irreparable falta para cuando sea demasiado tarde.
Será lógica la sucesión de sucesos macabros que te sucederán, no estas ni estarás preparado para manejar tal cantidad de energía sobre tu esencia plana, pobre “valija”.
Visualizo ya tu tez blanca y ese motilado facilista tipo “skin-head”, tú misma madre te debe con eso colaborar con esa maquinilla que en el hueco han comprado para ahorrarse lo de tu peluquería engreído imberbe.
La huerta estaba vigilada ser estúpido, en el astral estaba demarcada, y tu mí querido “concargalla”  sobrepasaste mis límites para ofenderme haciendo infeliz.
En el centro la “higuerilla”(guiño, guiño..). La hembra dominante ahora es dominada por ti, ser poco viril e incapaz de socorrer sus impulsos vitales. En cada una de sus extensiones había depositado conjuros para ti incomprensibles e imposibles de desencriptar, cuando te des cuenta del problema que en un rato de ocio te has cargado desearas, ya sin posibilidad de ser escuchado, jamás haber violado los confines de un gran amigo de los brujos de la zona.
Hoy eres mi causa perdida muchacho, me has hecho escribir un poco y te lo agradezco, aunque hubiera sido acerca de ti. Incluso, cuando estés enfermo, te deberás sentir honrado por estos párrafos que espero te penetren con el filo desollador que resulta a veces ser mi pluma.

Andrés Yarce Botero   

martes, 30 de abril de 2013

La balada del Sátiro

Escuchad bribones:
como os canto
mediante los improperios 
                            golosos de
                            mi encanto.

Como me rio de mis
muecas, reflejándome
en la brillante pupila
de cada uno de mis
                            oyentes.

Soy de todos vosotros
la representación burlona,
el sátiro que afrenta
vuestras bienhechoras 
                             ilusiones.

Hoy declaro desde esta 
tarima, primero gritando
para la atención capturar,
luego, mediante cualquier 
sonido amorfo para convertirme
en lo que vosotros soléis
                            respirar.

Parad un momento, Sonreíd!,
la cámara está siempre presta a 
                            fotografiaros
mientras, vuestras almas se condenarán
a truequear vuestra vitalidad por
                            previsibles futilezas.

De profesión: Bufón de corte,
Entretenedor de comensales,
Narrador de fantasticas historias
y, asesino de vacuas
                            esperanzas.

No veis mi rostro?
He llorado más que vosotros,
he lacerado mil veces mi espalda
expiando mis culpas hoy estoy
                            con vuestra risa.

Y, cuando impávido os quedéis
revisad bien vuestras pertenencias,
os habré robado ilusiones y, las monedas,
ya no estarán más 
                            de vuestro lado.
(A jalar cartera!!)

Seguiré danzando mientras,
el jocundo címbalo bate
y entre pegajosos sonetos
me difuminaré para no 
habitar jamás en ninguno de vuestros
                                                  recuerdos.

Andrés Yarce Botero