Soy gracioso, tú de mi atraes todo lo mejor.
Cuando en tu pecho me desvelo me acaricias
suavemente entendiéndome como lo hacen las mamás.
Cuando el barullo se hace fuerte afuera, me sacas hacia mis adentros,
en tu compañía me alejas de todo lo que me asusta.
Y es que todo allí afuera es tan absurdo...
Mi amigo me hace falta, ahora juego con mi sombra,
es delgada y huye en el tiempo, quien podría detenerle.
Solo cuando nuestras miradas se entrecruzan, es el universo que conspira
y allí, muy a lo lejos, deja de tintinear una estrella, la hemos absorbido.
Creo que ser arrogante es lo más escamoso que he encontrado hoy para vestirme,
arrúllame con una de esas bellas canciones, como si domaras un ser balbuceante.
Sé y sabes que tu efecto es mejor que todos esos tranquilizantes que tomo y he tomado,
sabes que si te huelo mis demonios pierden sus poderes y yo me enfilo vigoroso a la batalla.
No puedo dormir, no lo necesito, como perder tiempo sin ti a mi lado, eres una brisa, que cosquillea
por aquí y por allá, no te escondas más, te necesito cercana, sé un favor.
Puesto que me encierro en mí, y no te encontraré en este lugar donde busco,
rascaré tanto mis adentros hasta que llegue afuera, así tenga que romper todo mi envoltorio para
volver a encontrarte.
Vestías de blanco anoche en un sueño y susurrabas algo ininteligible,
sabes que sé lo que decías pero que me hago el loco para no entenderlo,
lo único que quiero es sentirte cerca, me bastaría una imagen cuando puedo ser tú
al aparearme con tu alma yo, por siempre.

Andrés Yarce Botero