Vértigo almizclado, insoportable,
asciende, al parecer,
desde los riñones;
Toda la espina se encorva y
se retuerce entre quebrantos
de agonía, de ira, de placer
adrenalina;
Miedo ante todo,
desde lo interior a lo externo.
Intercambiada mi sensibilidad,
trocada, parezco desvariar.
Los problemas de lo externo,
son fugaces simplezas,
precarias formas de
dispersar el tiempo
mientras, adentro, bullen
demonios. Estos se agitan
con las fluctuaciones de mi
alma, hallan escarmiento
en el pasado y
se alimentan de
la desdicha interna;
Describo la sensacion no
no se si entender
me hago,
parecido a un enamoramiento,
un vacío que asciende
y rebota por dentro,
que duele y
se confunde con el
transito intestinal;
Que visceral manejo de las
emociones, todo redunda a
un estimulo externo,
pues yo, ahora, soy
incapaz de sentir
Cada cual con su sombra diría el loco amigo aquel
Andrés Yarce Botero
lunes, 22 de marzo de 2010
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