Como se develó ante mi esa desdichada imagen, Un cuerpo adolorido, fatigado, retorcido, expresaba una necesidad gigantesca de clemencia, ante el ser que las dádivas obsequia; Su cuello, rígido, parecía que iba a quebrarse en cualquier instante y sus lamentos todos nuestros oídos deleitaban. Parecía llorar, parecía reír, algo confundía su semblante, lo desfiguraba. " La Condición Humana ", ante ella me arrodillo, que misero es el rodar a la deriva dando topetazos, hasta degradar del todo, todos y cada uno de nuestros campos de acción. Este humano, (luego seria mi amigo), se hallaba tendido y sus pies se contraían con fuerza, cosa que me impresiono personalmente, podría a simple vista parecer un estado epiléptico pero no lo era. Sus alaridos indicaban solamente un deseo inalcanzable, huir de su apariencia humana, saberse lejos de su condicionado cuerpo. Paso un tiempo desde el inicio de sus contracciones hasta que, dando tumbos y riéndose, llorando en el piso, en una pose extrañamente inocente y familiar fue a parar. Una delirante escena presenciaba mientras, con Ecos la Locura su incesante mensaje me hacia llegar.
Andres Yarce Botero
domingo, 7 de marzo de 2010
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2 comentarios:
para mi amigo cesar, donde sea que te halles; gracias por esos datos tan puntuales de tu realidad esquizoide
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ey Yarce que buen escrito, saludos desde la distancia y el tiempo que hace no nos vemos, acaso es el mismo cesar que conozco?
El rojo
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