Un pincel ha distraìdo mis vagos pensamientos. Ha desdibujado todo intento obstinado, mas nunca esperanzado, aún. Ha mutado cada letra y toda sonrisa verás. Un làpiz, uno, ha sido compañero y mi enemigo traidor, o cruelmente certero. Sus dibujos un reflejo no deseado y opaco, como algunas mañanas o noches.
Tan solo un pincel ha hecho un inacabado croquis empañado frío y dejando profundas huellas intactas en mi proceder cotidiano.
Debajo de un vaso pleto de agua se refleja mejor mis oscuras letras descoloridas.
Escribiré màs, obstinado cada vez que intento un esbozo colorido, un bello jardín del que he sido exiliado. Me detendrè ahora un momento y me asfixiaré en un frío bosque del que he sido terco artìfice. Tal vez algún día logre esbozar, siquiera, un cálido petalo sueve de dulce aroma Rosa, así descansaré sin tanta bruma a mi alrededor.
Jose Manuel
sábado, 29 de agosto de 2009
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