Desde muy lejos he llenado esta vieja pluma vuestra, nada ha cesado de interrumpir mis sueños rotos cada ves, cada ves por mi terca torpeza ruda y muy insana...además de su firme desvarío inmune al real transcurso deste firme atardecer , único solitario desvanecer que a mis ojos se ha postrado, sí, es una cálida costra metálica mujiendo cada instante adverso, todo ahora a matarme se ha dispuesto, sí, hoy mismo cada segundo inunda mi sed sedienta de sed, en este trágico desierto en que agonizo ante mis ojos absortos, en medio deste péndulo cuyos golpes resuenan en mi cien hasta despertar amordasado en ambos lados. Cuando de nuevo todo comienza igual a como lo dejo cada ves que caigo inconciente, vencido por un día muerto, sí, yo mismo, le asesino fríamente con un viejo bastón que ha atormentado a los hombres...y mujeres también...ese ser en cuyo seno nos apropiamos de nuestra sombra vuestra, ese siames" lentamente mortificado por ese maldecido péndulo. Ahora, no, jamás, algo detendra esta dispar ira apaciguada por un gris cemento frío, muy duro por cierto y frágil ...tambien.
Cuando las piezas se han disperso y a su ves roto cada una, por un martillo obstinado que ha perdurado luego de la fuerte tormenta, y el sentido, sí, ese que jamás he conocido, rompe mi esperanza hundida por el rudo pie del indiferente abismo, ese que sostendrá esta carne yerta y seca; entonces, un murmuro, suave, muy cálido, nacerá, sí, ese gusano que tanto despreciamos, al cual he llamado hoy por medio de estas mudas letras desperdigadas, iluminará esta sombra, cada vocablo opaco, sobre cuya línea paseará sonriente, sí, de haber nacido por fin, cuando cese mi desden y me levante desta pétrea letra, desta quietud inquietante...asi por fin me alegraré, asi algún dia viviré.
Jose Manuel