Una sensación violenta afloraba. Luego pensó en lo mucho que deseaba
batirse a duelo, solo quería eso, traspasar una sensación con un embate
furioso de adrenalina por este pedazo de carne. Recordaba -... jamás
sería lo suficientemente
violento un actuar humano...- Y mientras parecía consolarse, adentro,
su interior se encontraba hilarante, histriónico y excéntrico bajo un
desconsuelo real. - Como batirse si nadie había para hacerlo, como
encontrar un enemigo fiel y a la medida?-, eran sus constantes diálogos
internos que se salpicaban de recuerdos cruentos y felices.
Una mañana, algo pesada, densa, lo sobrecogió una fulminante, rapaz y contundente idea:
- No hay enemigos demasiado afines, crearé un enemigo -. Pero - como se crea un enemigo- pensó.
Pues un enemigo es más difícil que hacer, claro está si se busca afinidad, incluso empatía
desde la rivalidad, que un amigo. Este necesita mucho más tiempo y
dedicación si en realidad quieres que tu alma y la de él se cuajen en un
odio intenso y mortal.
Entonces su vida se transformo, bajo su
sofocante rutina ya no viviría pues tenía un fin por fin definido, un
norte, un horizonte demarcado, lo que sea.
Fue un martes el día
que decidió abandonar sus anteriores esfuerzos, eso de la academia ya no
tenía fundamento, ( a no ser que deseara un enemigo de aquellos
lugares, cosa improbable pues como podría encontrar un enemigo afín a su
alma en aquellos sucios menesteres de pseudo-ciencia?), eso de laborar
en una que otra cosa ya no se justificaba, incluso el baño y el aseo
carecían para el de fundamento pues ya no lo cobijaba ningún estándar
social, se había desadaptado y su duelo sabía se encontraba cerca. Dicen los eruditos en eso de los duelos...(ja),
que se puede saber cuándo llegaran embates de adrenalina con cierto
tiempo de anterioridad, es como una vibración que se despega de el plano
fundamental y permea la vida de escalofríos y una ansiedad vivificante.
Nunca
se había sentido tan saludable y limpio, caminaba tardes y noches
enteras por diferentes lugares de la ciudad que lo albergaba. En algún
lugar debía estar esa otra mitad que lo complementaría en su irrefrenable final.
Pasaron
eso de 2 semanas cuando lo encontró así no mas. estaba rodeado de
varias figuras en un barrio ameno de la ciudad, por las siluetas de
estas comprendió que también eran humanas, pero no alcanzaba a verles el
rostro pues se encontraba encantado de haber hallado al fin a su rival.
Que como lo sabía?
que como preguntas?, pues es evidente, es si no sentir, saber que
alguien vibra a tu ritmo y se conecta con las mismas fuentes energéticas
propias. Los ojos brotaban de su rostro con una necia bravura y cada
una de las arrugas de su piel se emancipo haciendo que su viejo
semblante pareciera volver a sus años infantiles.
Conocía una
persona que se encontraba cercana y se acerco a ella. - S.. Como esta,
deseo embriagarme, quisiera usted acompañarme?- le dijo,- No hay nada
que me lo impida- masculló el conocido.
Bebieron
a todo dar, estaban realmente alcoholizados y proferían groseras
palabras en vos alta y ofensiva, pero el semblante de él había cambiado y
una mirada perdida asomaba en su rostro mientras sabía que se estaba
despidiendo.
Fue entonces cuando se paro y se dirigió a su enemigo
y lo invito con todas sus siluetas a donde S.. A tomar una copa. Al
llegar S.. Ya cabeceaba pero aún podía servir las copas sin derramarlas.
Fue allí cuando cambio el tono de la voz de nuestro personaje que con
un ácido timbre replico: - Sirve S... Sirve que he invitado a tomar a este combo de maricas -
No le dio tiempo ni de respirar por ultima vez, un frío helado penetraba su espalda por el agujero que le habían regalado al apuñalarlo.
Busco la mirada de su querido enemigo y la vio allí como siempre
intacta mientras se guardaba entre las medias la tímida navaja con la
que lo había atacado.
Fue lo último que vio, el esplendido rictus
de su enemigo. Su pesado cuerpo cayó encima del mojado suelo pues antes
había llovido.
Andrés Yarce Botero
jueves, 21 de junio de 2012
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