Ahíto de placeres, dando tumbos
entre frenéticos aquelarres la encontré,
Una forma que entre las otras, parecía
recordarme entre su mirada, mi procedencia.
...Agítose el espejo de agua..
como ya lo dije una vez,
y, se revolvieron todos los aconteceres
en un rito enfermo y seco.
La mirada ya no es la misma,
se deprende de tus ojos
entre otras, una viscosa lágrima
con descuidado cínico temblor.
Es una lágrima resinosa
de un material cercano a lo humano
es algo parecido al plástico
que parece no mojarse bajo una tempestad.
Se aprende a discurrir entre el lenguaje y la gente
de a poco a poco tropezando,
en ocasiones quemandose uno el brazo
con el tabaco encendido del que quizá uno mismo inhaló
Andrés Yarce Botero
miércoles, 18 de enero de 2012
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