Él, bajo maullando
desde la nieve,
un camineo a trazos,
un divagar
interrumpido,
isolado y seco
atolondrado balbuceante.
Él, en corcovados
episodios,
hacia abajo, siempre, su talante
cabizbajo entorpecido
luego de su acción
abrupta.
Él, sin tiempo había,
ascendido
hacia la más blanca de todas
las alturas.
Sonidos. Y la melancolía evidente,
un dolor entre otro inmerso
y unas lagrimas que
no lubrican, mientras,
entre ellas mi alma
se anega.
Andrés Yarce Botero
viernes, 25 de febrero de 2011
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2 comentarios:
camineo= caminar con meneo
ay dios mio las lucidas pesadillas del vino
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