Cambio muerte, por un alargue a mi vida, a esos poetas,
que a mi puerta caen con su ración familiar;

Recogidos de a pocos por ustedes, los pedazos, guardados con cuidado
de no irlos a desquebrajar, esas vitales agonías que alargan,
la Meta-Vida, antes, que vivo, parece engañarme
con su punzada impar;

Vendrán las nauseas, los mareos, la garganta porosa, y el sabor a metal,
consolándome, que solo siento de estas una versión nimia, reducida, de la real.
De la realidad a la que me escabullo y por castigo justo me la debería toda
de aguantar, de tragar de chupar de sentir ¿En ultimas todo esto no se llegara alguna vez a disfrutar?

Ey Poeta, No te vayas ya tan lejos a matar, De algo habrá servido hasta hoy el continuo traginar, y, este polvo sera vano para los intereses en una nueva proximidad. Pregunto: que tan vano ahora es cuando tu hígado corroe, tus riñones impide filtrar, marchita tus intestinos, tu garganta calcina, tus fosas nasales detona y estrecha, tus venas asfixia y se debilita y se roe tu alma?, tu alma, si algo queda, dentro de un cofre irreal, en impotencia se expande, desea, ignora, habrán nuevos y miles trajes, capullos y armatostes donde veranear, por ahora preocupate poco, tan solo debes cueste lo que cueste irla a buscar.


Andrés Yarce Botero