Desplegar mis alas y entrever mi naríz de lejano horizonte.
Volar muy alto para alcanzar el fango y la espina del desierto.
Disolver mis cataratas para contemplar mi terca ceguera, o mi ineluctable realidad.
Me di cuenta que el Sentido, ese que pronunciamos con cierta propiedad , finalmente no se sabe a que nos referimos, seriamente. El Sentido carece de contexto, puede haber unos aparentemente màs favorables que otros para hallarle, pero dado el mundo y sus indeleznables ejemplos, ellos aluden un Sentido que no tiene preferencias y está en cada intersticio del Espacio-Tiempo. El Sentido deambula con un "estricto azar" de mariposa, y no hay forma de abstraerle...inaprehensible y fugàz.
Jose Manuel
miércoles, 9 de septiembre de 2009
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