Cambio muerte por un alargue a mi vida, a esos poetas que a mi sombra caen con su ración vital, familiar y piadosamente entregada, regalada por la pureza intacta que hay en ese amor que todavía nos... les tienen las personas bonitas. ¡Y SÍ! ¡QUE SE APIADAN DE NOSOTROS, USTEDES TODAVÍA! 

Recogidos de a poco los trozos, guardados con cuidado de no irlos a desquebrajar, esas vitales agonías que alargan, la Meta- vida, parecen engañarme con su puñalada impar. (Y es que alguien alguna vez dijo que si alguna vez se me ocurre apuñalar a  alguien, no dudara de hacerlo siempre un número impar de veces, lástima que este ya no habita por aquí cerca, se ha ido a dormir dentro de un viejo papel).

Vendrán las nauseas, los mareos, la garganta porosa y el sabor a metal,
Sin duda los miedos, el perenne insomnio, y la sudoración constante jamás faltará
El corazón henchido, ya no posee su viejo ritmo, lo busca y lo busca, ya nada lo da
Ese traqueteo constante del alma, ¿acaso alguna vez se suavizará?, ¿o terminará?.... ¿Acaso terminará?

Consolándome con que solo siento de éstas una versión muy nimia, reducida de la real; De esa real que me escabullo y por un castigo justo me la debería toda de aguantar, de tragar, de chupar, de sentir, ¿y porqué no?, en últimas ¿todo esto no se llegará alguna vez hasta a Gozar?

¡HEY! poeta, no te vayas ya tan lejos a matar, vos mismo lo dijiste al resguardo de mi cueva cuando la lluvia aquella tarde te retaba, - ... de algo nos habrá servido el hasta hoy "Continuom Tragitto fatto", y ese polvo será, vano interés en la nueva proximidad -.


Andrés Yarce Botero.