Desplegar mis alas y entrever mi naríz de lejano horizonte.
Volar muy alto para alcanzar el fango y la espina del desierto.
Disolver mis cataratas para contemplar mi terca ceguera, o mi ineluctable realidad.
Me
di cuenta que el Sentido, ese que pronunciamos con cierta propiedad ,
finalmente no sabe a que nos referimos, seriamente. El Sentido carece
de contexto, puede haber unos aparentemente más favorables que otros
para hallarle, pero dado el mundo y sus indeleznables ejemplos
aluden un Sentido que no tiene preferencias y está en cada intersticio
del Espacio-Tiempo. El Sentido deambula con un "estricto azar" de
mariposa, y no hay forma de abstraerle...inaprehensible y fugáz.
Jose Manuel
miércoles, 24 de octubre de 2012
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