La Ruana

En estos días estaba cantando una canción de Garzón y Collazos, cuando se me vino a la cabeza una brillante idea....- Voy a volar un establecimiento de sana diversión en mil pedazos. Una granada, quizá un petardo o dos, necesito un sistema de ignición que este pegado a mis tripas pues estas deben arder al volar por los aires. Todos estarán invitados a esa GRAN FUNCION...-.
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En esos días llevaba una doble vida, y pensaba como siempre en los bordes de las camisas y en la inmensidad del cosmos, caminando despacio toqueteaba timbres de residencias, a la vez que hacía música con el toqueteo de sus dedos y las varillas que a su paso se enfrentaban. Era un tipo corriente, el más cuerdo a su juicio de todo el mundo. Pero esa idea le llego y su vida se encaminó.

Preguntar por una granada no es del todo fácil. Comprar granadas no es como comprar ese pan campesino que tanto le gustaba, es algo más complicado.
Pensó hacerse amigo de un policía y robársela, pero también pensó al rato que los policías no se mantenían con granadas solo los militares y ya iba descartando esa idea pues ya era hora de tomarse su café habitual de la tarde.

El caso fue que se la consiguió no les diré como pues podrían conseguirlas también y valla usted a saber que haría la gente con una granada.

Lo que más le preocupaba es que fueran a confundir su acto con un acto terrorista, jamás eso jamás lo sería. Sería un acto hermoso que rayaría en lo artístico. Le desagradaba pensar que le podrían echar la culpa a al-qaeda o ETA o cualquier grupo de pusilánimes.

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PUM KABOOM TRASH PLASH

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Los noticieros llegaron y la policía acordonó el lugar, al parecer otro atentado terrorista por algún grupo radical. La sangre impregnaba los escombros del lugar en ruinas y un olor a pelos quemados invadía el entorno.

Cuando apareció, un desencanto lo sobrecogió, la granada que tenía amarrada a su abdomen le tallaba, pero fue grande la impresión cuando se enteró que ya alguien se le había adelantado a volar el establecimiento, su desconsuelo fue tanto que tomó su vehículo y condujo cerca de hora y media hasta llegar a un potrero baldío para allí en el medio apretar el mecanismo de ignición y volar hasta el infinito.