Dos piernas errantes levantan su caminar
Dos bellas manos urden algo que va a florecer
Y uno de dos hombres se verá obligada escoger
Blanco el día es su color y obscura es la noche
En el día puede la tristeza ensombrecer
Y la felicidad puede brillar en en la noche
En invierno puede alguien morir mientras en verano otro nacer
En un castillo alto...vive adinerada y rica una mujer
Al mismo tiempo bajo la lluvia y el frío agoniza enfermo un pobre hombre
En su cómodo sillón teje la mujer monedas de cobre
Y el hombre, cubierto de harapos mojados, camina observando todo envejecer
Orlado estaba el jardín del castillo, con flores y arbustos de pera
Por donde caminaba errante con un hombre en el día y con otro en la noche
Manco, y ensombrecido por la tristeza, fue el hombre arrollado y muerto por un velóz coche
Mientras la mujer, sin saber quien era el padre, tenía en su vientre un fruto en espera.
Jose Manuel
1 comentario:
ey mi amigo, que bueno leerte jose,
Esos perales, como lo enloquecen a uno, quita la sed un poco.
esperame en agosto, fin de semana del trece
Publicar un comentario