De la prisa nada retengo
y en el hablar debo alentarme
ubicarme en mi merecido espacio
y trinar solo las notas que me corresponden;
(H)Jalo mucho la cuerda sabiendo,
que el ancla siempre estará a igual distancia,
a veces me acerco hasta el punto muerto
con mi pesada embarcación que mecen las olas.
Saber que el mundo se mueve
y yo en mi barca permanezco quieto,
el vaivén de las mareas
representa, en mi no más que una sutil referencia.
Abajo la corriente (h)jalona,
en ese contacto ausente que siempre brinda,
los temores son profundos y oscuros
en las proximidades, casi en el limite con el aire.
Los pecesillos brillan entre las cristalinas aguas
Antes de que lleguen a la barrera,
de corales que, como rompe olas,
apabullan las fuerzas más poderosas.

Cuando me arrojo a las aguas
y me propongo flotar a la deriva
como un tronco me siento plañidero
sin norte fijo, únicamente la dirección de la marea.

A mi alrededor una Sirena
canta llamando Mantarrayas,
que mis pies suavemente acarician
mientras planean volando a mi alrededor.
Los Cangrejos se refugian entre los Corales
las Anémonas se distancian del contacto
la Morena enalza su mirada
antes de mandar el agresivo zarpazo hasta su presa.

Andrés Yarce Botero