Vértigo almizclado, insoportable,
asciende, al parecer,
desde los riñones;
Toda la espina se encorva y
se retuerce entre quebrantos
de agonía, de ira, de placer
adrenalina;
Miedo ante todo,
desde lo interior a lo externo.
Intercambiada mi sensibilidad,
trocada, parezco desvariar.
Los problemas de lo externo,
son fugaces simplezas,
precarias formas de
dispersar el tiempo
mientras, adentro, bullen
demonios. Estos se agitan
con las fluctuaciones de mi
alma, hallan escarmiento
en el pasado y
se alimentan de
la desdicha interna;
Describo la sensacion no
no se si entender
me hago,
parecido a un enamoramiento,
un vacío que asciende
y rebota por dentro,
que duele y
se confunde con el
transito intestinal;
Que visceral manejo de las
emociones, todo redunda a
un estimulo externo,
pues yo, ahora, soy
incapaz de sentir

Cada cual con su sombra diría el loco amigo aquel

Andrés Yarce Botero

Que podría decirme yo mismo cuando no me conozco ?, cualquier cosa para agradarme.

Por lo común se intenta no zaherir mucho con las conversaciones o comentarios cuando uno a alguien se dirige, sonar bonito si no es muy profundo , o, podrías pensar en algo practico o espontáneo quizas; Mucho menos me fustigarìa yo mismo cuando intento aproximarme en las primeras instancias.

Como compaginar con un hermético ser descompuesto, como describirlo frente a un espejo, sin preguntarle a nadie, pues ya todos lo saben hacer, y muy bien que lo hacen...; Como "son tan pocos los rostros para tanta gente", ( de eso no me queda ninguna duda viejo Mario ), ha quedado desnudo en una lastimosa posición, clamandose a si mismo por atención y paciencia.

Un yo escindido, doble, frenético, desvariante se toma un café por dos amantes que de el mismo se enamoran, Un reflejo perdido, de la mano uno del otro se alejan.

Es como arrojar pintura sobre un papel que cierras, como se esplayan los pensamientos a lado y lado, ( a veces parecen simétricos ), de ese eje imaginario donde se esconde la unicidad.

Andres Yarce Botero

Mi Zancada progresiva me acercaba hacia un habitáculo algo particular. Alguien me decía que era de lo mas estúpido comprar un apartamento, pues, se paga un platal por un " hueco ", solo espacio, a no ser, aclaraba, que se comprara un primer o un ultimo piso pues, estos poseen, piso propio el primero y techo propio el ultimo; En los demás el techo que se podriá llegar a concebir como el propio no seria mas que el piso del de arriba y si uno llegara a creer que tiene un piso, realmente seria del apartamento de abajo ese techo que se estariá pisando; Claro es útil el espacio que compras, allí vives y haces lo que se hace al vivir..., cada uno tiene algo de idea en esto de vivir, pero claridad?; Habrán algunos menos inertes, que neuroticamente buscan, enredándose un poco, bastante, ellos disfrutan, con divagares ciclicos, nada mas que un mecanismo racional para defenderse de lo externo, para preservar intacto su tímido YO que, de lo complejo que busca parecer, es bastante simple y parecido a todos; Otros de por si viven y se les ve hasta plácidos.
Cuando las luces se comienzan a apagar en estos apartamentos me siento solo, parecen esfumarse todos dentro de madrigueras y entre el silencio se escabullen de su continuom y se sumergen en el plano del sueño; Anhelan seguramente su venidera jornada pues deben resolver, lo que deban resolver y dejar preparado para resolver lo que el posterior día resolverán, cualquiera sea el oficio.
Lo único difícil de vivir así tranquilo, simple y mecánico es desprenderse de una mente inquisidora que no te permite disfrutar de los medios entre fines, te atiborra de justificaciones para dudar y sigue enrredando, mas, todo, aunque, en ultimas también terminas de esto disfrutando.


Andrés Yarce Botero

Aqui no Estoy

Como se develó ante mi esa desdichada imagen, Un cuerpo adolorido, fatigado, retorcido, expresaba una necesidad gigantesca de clemencia, ante el ser que las dádivas obsequia; Su cuello, rígido, parecía que iba a quebrarse en cualquier instante y sus lamentos todos nuestros oídos deleitaban. Parecía llorar, parecía reír, algo confundía su semblante, lo desfiguraba. " La Condición Humana ", ante ella me arrodillo, que misero es el rodar a la deriva dando topetazos, hasta degradar del todo, todos y cada uno de nuestros campos de acción. Este humano, (luego seria mi amigo), se hallaba tendido y sus pies se contraían con fuerza, cosa que me impresiono personalmente, podría a simple vista parecer un estado epiléptico pero no lo era. Sus alaridos indicaban solamente un deseo inalcanzable, huir de su apariencia humana, saberse lejos de su condicionado cuerpo. Paso un tiempo desde el inicio de sus contracciones hasta que, dando tumbos y riéndose, llorando en el piso, en una pose extrañamente inocente y familiar fue a parar. Una delirante escena presenciaba mientras, con Ecos la Locura su incesante mensaje me hacia llegar.

Andres Yarce Botero

Las madrugadas sufren esperando
entre agónicas lamentaciones mudas,
en silencio se exasperan bajo,
el brillante rocío de las estrellas.

Vago momento entre principios
como te quejas, desesperas;
Se aclarará en cualquier momento
cambiara el color, un rostro esplendido.

A la expectativa, siempre quieto,
deseoso de milagros presenciar
mi ignorancia, infantil, pedante,
lo esencial, lo simple deja pasar.

Como se ve el cielo adherido
al tapete de infinitas estrellas,
Como se ve ahora invadido
por la luminosidad de la mas bella de estas.

La Meta-morfosis por las plantas añorada
Por los seres que la vida ocupan, engalanan
la máxima expresión de energía Magna,
Que intimida, ahora, mi existencia vana.

Andrés Yarce Botero